En juicio a García Luna “El Conejo” reveló vínculos de narcos colombianos con los Beltrán Leyva
BROOKLYN, NY (apro). – Los lujos, gustos exóticos por animales, joyas y casas, además de que por segunda ocasión se menciona a medios de comunicación mexicanos al servicio de capos del crimen organizado, fueron los temas principales en la audiencia de este miércoles en el juicio por narcotráfico en contra de Genaro García Luna.
Al estrado de testigos en la sala 8D del juez Brian Cogan, de la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, el Departamento de Justicia estadunidense llevó como a uno de sus declarantes a Harold Mauricio Poveda Ortega, “El Conejo”.
El testigo cooperante de los fiscales que acusan a García Luna, el amigo, asesor, confidente, mano derecha y Secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, declaró ante Cogan y el jurado calificador que su relación con el Cártel de Sinaloa comenzó a principios del 2000.
Mi labor era enlazar a los grandes narcos de Colombia con los de México para el envío de muchas toneladas de drogas… yo era comisionista”, dijo El Conejo guiado por las preguntas del interrogatorio del fiscal Philip Pilmar.
Como intermediario de narcos colombianos entre el Cártel de Sinaloa y luego exclusivamente para la fracción comandada por Arturo Beltrán Leyva y sus hermanos Alfredo y Héctor, el Conejo afirmó ser responsable de la exportación a Estados Unidos de miles de toneladas de cocaína pura.
“Usando submarinos mandaba de 5500 a 7 mil kilos… en barcos mercantes de 12 a 15 toneladas”, narró «El Conejo» en la Corte Federal.
Sin embargo, este colombiano que aseguró nunca portó un arma ni participó en actos de violencia ni en México ni en Colombia, no encajó con sus declaraciones en la narrativa de los fiscales para demostrar al jurado la responsabilidad de García Luna con el trasiego de drogas.
Poveda Ortega admitió que en México “nunca” pagó sobornos a funcionarios públicos ni a policías ni a nadie porque de eso se encargaba Arturo Beltrán Leyva con sus hermanos y los otros capos del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada García y Joaquín “El Chapo” Guzmán; entre otros que mencionó.
No obstante, El Conejo indicó que él cooperaba “en la polla” recolección de dinero en dólares que hacía Arturo Beltrán Leyva para cubrir la cuota de sobornos a funcionarios públicos y policías, entregaba de 200 hasta 700 mil dólares.
“No”, enfático respondió El Conejo a la pregunta de Pilmar sobre si conocía o se había reunido personalmente con García Luna, de quien incluso dijo desconocer que había sido Secretario de Seguridad Pública en la presidencia de Felipe Calderón.
Lo que sí estableció Poveda Ortega en respuesta a preguntas de Pilmar fue que él estuvo presente en una ocasión cuando en una casa de seguridad de Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca, Morelos, este habló con él sobre el secuestro a García Luna.
En el incidente que presuntamente ocurrió en 2008, Arturo Beltrán Leyva le dijo al Conejo, según este que, “acababan de levantar al hijo de su puta madre de García Luna, que lo iba a matar y que iba a mandar su cabeza para que vieran que con él no se jugaba”.
Otro exfuncionario del gobierno de Calderón y subalterno de García Luna con quien «El Conejo» escuchó hablar a Arturo Beltrán Leyva en otra ocasión en Cuernavaca cuya conversación era por el altavoz del teléfono del capo fue Ramón Pequeño García.
Algo que sí describió «El Conejo» con detalle en la Corte de Brooklyn, fue el operativo llevado en su contra por elementos de la Policía Federal en la madrugada del 22 de octubre de 2008, cuando se encontraba celebrando el cumpleaños de su novia en su mansión en el Desierto de los Leones.
Era una casa muy bonita, la hice a mi gusto; en la prensa le pusieron la Mansión de la Fantasía… A la una de la mañana estábamos muy contentos cuando la señora que trabajaba en la casa me dijo que afuera había muchos policías”, explicó Poveda Ortega.
Tras las advertencia, el intermediario de narcos se echó a correr “por donde tenía los tigres blancos”, de acuerdo con sus declaraciones.
El colombiano logró escapar junto con otras tres personas a quienes identificó como su primo “Ciro Cachetes”, “Alejandro y Martín”, pero fueron capturados su padre, otros familiares y sus trabajadores.
En la Mansión de la Fantasía, «El Conejo» dijo tener cautivos a tigres blancos, leones, panteras, cacatúas de exhibición, un chimpancé y otros animales exóticos como su gato persa; “Perico” todo blanco como el color de la cocaína y a su perro Bulldog Inglés, Bufón.
Como evidencia de prueba de lo que decía su testigo, el fiscal Pilmar con la anuencia de la defensa de García Luna, presentó en la sala una videograbación con el logotipo del periódico El Universal, sobre la mansión en el Desierto de los leones.
Cuando Pilmar lo interrogó sobre cómo los policías federales pudieron haber hecho el operativo sobre su casa, al «Conejo» se le quebró la voz y entre unas pocas lagrimas al responder que (Jesús) “Rey Zambada García lo hizo”.
Los policías que se llevaron a sus familiares le pidieron 500 mil dólares para liberarlos, algo que no ocurrió, pero Conejo en su huida, recordó en su narrativa dijo que se puso en contacto con Arturo Beltrán Leyva.
Llamé a Arturo y me dijo: este hijo de su puta madre de Rey nos anda tirando a los federales”
Por lo que urdieron un plan de venganza que se concretó unos días después con la captura de Rey, hermano del Mayo.
“Los de la Policía Federal son unos hijos de la chingada, tanto dinero que se les dio para que hicieran esas mamadas”, recordó El Conejo que fue lo que le dijo Arturo Zambada García cuando decidieron actuar contra Rey.
La fracción de los Beltrán Leyva le empezaron a ser un seguimiento al hermano del Mayo Zambada García y lo ubicaron en la Ciudad de México, en donde los narcos vestidos de policías federales y comandados por Sergio Villarreal Barragán lo detuvieron y entregaron a las autoridades del gobierno de Calderón.
Arturo me llama y me dice que le haga llegar 300 mil dólares, urgentes, para pagar a los medios de comunicación para que empezaran a anunciar el arresto y Rey Zambada y no pudiera arreglar que lo liberaran usando dinero”, enfatizó El Conejo.
Esta fue la segunda ocasión durante el juicio a García Luna que ligan a medios de comunicación y a un periodista con Arturo Beltrán Leyva.
Cuando llegó el turno de que César de Castro, el abogado de oficio que encabeza al equipo de defensa de García Luna, se concentró en cuestionar al Conejo sobre sus gustos en joyas y casas que adquiría con el dinero que obtenía por medio de narcotráfico.
Bajo este tenor le hizo admitir a «Conejo» que fue poseedor de una colección de más de 100 relojes exclusivos cuyo valor en conjunto el testigo cooperante calculó en unos 4 millones de dólares.
Arrestado el 4 de noviembre de 2010 en y luego extraditado a Estados Unidos, Poveda Ortega ante fiscales del Departamento de Justicia se declaró culpable de ser responsable de la exportación a ciudades estadunidenses de más de un millón de kilogramos de cocaína.
Bajo un acuerdo de cooperación con el gobierno estadunidense, «El Conejo» se encuentra en libertad condicional tras pagar una multa de un millón de dólares, y está a la espera de que le dicten sentencia y determinen el pago de una multa más.
De Castro puso en contexto para exponer la doble cara del Departamento de Justicia en el trato a sus testigos cooperantes y protegidos que, «El Conejo» ganaba de 3 a 4 millones de dólares por cada 10 toneladas de cocaína que arreglaba entregar de cárteles colombianos a mexicanos.